Toda historia tiene un principio...


... y esta aún no ha llegado a su final.

Pero para entender el Ahora, debes conocer el Ayer.

En esta crónica plagada de claves, de secretos, de metáforas, simbolismos y sueños, sólo quienes comiencen el viaje desde el mismo punto en que se inició lograrán comprenderlo.

Toda historia tiene un Principio. Comiénzalo.




jueves, 27 de octubre de 2011

Canto a la Esfera Austral


Demasiado tiempo. Llevaba retrasando esta lápida demasiado tiempo. Pero no podría perdonarme no escribirla, porque da fe de mi amor hacia un lugar especial.

La Esfera Austral.

Es mi pequeño paraíso, mi refugio secreto, tan distinto de mi Cementerio y de mi tierra brumosa y verde. Está llena de luz, y sólo pisar su suelo resulta un bálsamo a mi alma, a veces demasiado marcada por las cicatrices. Lo que me envuelve cuando converso con sus habitantes, cuando río, juego y disfruto con ellos no puede ser otra cosa si no magia. Tan diferentes... mi hogar es un mundo aparte, el suyo también.

Me habéis hecho tan feliz... cada día con vosotros es una joya preciosa en el cofre de mi memoria, cada noche que no os veo aguardo con impaciencia el momento de volver. ¿Por qué estaréis tan lejos, si mi corazón os siente tan cerca? Pero quizás eso os haga especiales, lo escaso del tiempo que puedo morar entre vosotros. Unos instantes robados con celo, guardados con mimo, infinitamente más valiosos por su naturaleza efímera.

Y es que os hecho de menos. Os quiero, os quiero tan profundamente que a veces sólo de pensarlo me duele el corazón.

Mi vida se ha convertido, estas noches, en una locura emocional. En ocasiones me siento, sin motivo, infinitamente triste y con ganas de llorar. Y lloro a escondidas, en silencio, amparada por la oscuridad. Otras veces, me siento eufórica, y mis ojos brillan. Y río, canto, danzo para mí misma.

Sé el por qué de mi ánimo cambiante y lunar. El motivo nunca ha cambiado. Sencillamente, cada vez se hace una carga más dura y pesada, especialmente al ver que a mi alrededor el don que yo anhelo es disfrutado sin mesura. Soy feliz por ellos, cierto, pero no puedo evitar envidiarles.

¿Por qué tardas tanto?

Te espero. Sólo tienes que venir a buscarme.



(Mis hormonas deben de estar pasándoselo pipa en el parque de atracciones de mi cuerpo... porque si no, no me explico muchas cosas... ¡quiero volver a veros, ya!)


1 comentario:

Laura Casas dijo...

Lo describiste tal cual... cuan familiar me es esa situación