Toda historia tiene un principio...


... y esta aún no ha llegado a su final.

Pero para entender el Ahora, debes conocer el Ayer.

En esta crónica plagada de claves, de secretos, de metáforas, simbolismos y sueños, sólo quienes comiencen el viaje desde el mismo punto en que se inició lograrán comprenderlo.

Toda historia tiene un Principio. Comiénzalo.




miércoles, 27 de febrero de 2008

Melancolía



Alma silenciosa, ¿por qué hay lágrimas en tus ojos?

Porque veo imágenes, momentos, lugares que no volverán.

Alma silenciosa, ¿por qué hay una sonrisa en tus labios?

Porque mis recuerdos son míos y son felices, porque no vivo sólo de ellos y miro al futuro.

Alma silenciosa, ¿por qué esculpes esta nueva elegía?

Porque mi corazón la escribió hace tiempo, como todas las demás, y ahora la inmortalizo en piedra.

Alma silenciosa, ¿qué es este sentimiento tuyo?






Melancolía.

Sabores de ayeres, risas infantiles,
un paseo a medianoche por los canales de Venecia,
suaves colores.

Aroma a pan recién horneado, descansar un segundo,
volver la vista atrás para ver el camino recorrido,
tarde de otoño.


Un viejo álbum de fotos donde reconoces antiguas caras,
algunas ya casi las habías olvidado,
otras siguen contigo.

Atardeceres a la orilla del mar
desde playas alejadas que no volvieron a ser las mismas,
calles ya recorridas.

Un viejo conocido,
un dulce dolor, una herida inexistente,
un sueño desvanecido.

No es tristeza, no daña,
no es alegría entusiasmada,
es una dulce calidez,
la que desprende la melancolía.



(A veces es bueno caer en la nostalgia, siempre y cuando avances sonriendo hacia el futuro)


martes, 5 de febrero de 2008

Una carta al ser Amor



Ah, secreta alma, errante vagabunda de tu reino... realmente eres compleja. Deambulas jugando con los espíritus, gastando bromas a los ángeles en compañía de duendes traviesos y bailas con los demonios cuando sale la Luna. Te escondes entre los mausoleos cuando quieres llorar, y paseas por las lápidas leyendo escritos que tu memoria conoce mejor que la propia piedra, pues tú los creaste.

Y tus sentimientos, tan duales, tan extremos, tan puros. Puro odio, pura pasión, pura alegría... cuando sientes, lo haces con todo tu ser. Ni lo evitas ni podrías evitarlo aunque quisieras.

Tus manos lo demuestran en cada elegía que tallas.

Detengámonos en ésta. Puro sentimiento que brotó de tí una noche de verano.







Mi energía, mi pasión,

La entrego a un amor sin nombre,
Un amor tan simple, puro,
Que no es de mujer ni de hombre,
Un amor del que no espero
Promesas, luz o ilusiones.

Y es que amar es como abrir
La cruel caja de Pandora,
Oculta hace ya mucho tiempo
En los pliegues de la historia:
Debes aceptar mil males
A cambio de una sola joya.

El amor nunca pregunta
Ni da opción a elegir:
Sea infiel, maligno o necio,
Arrogante, ya merezca morir,
El amor, ¡cruel amor!, obliga
A perdonar. Vano es resistir.

Amor, gohaul traicionero,
Enganchado al corazón,
Manejando el ser a tu antojo,
Privándolo de toda razón...
Por ti se vierte la sangre
Y lágrimas de desesperación.

Amo a personas, no a cuerpos,
Aceptarlo es grato, es más que valor:
Es amar los defectos, la maldad, los errores...
¡Tú, que traes risa y dolor!
¡Tú, que no mueres, que exiges, que hieres!
¿Qué haríamos sin ti, amor?


(Tan frágil y tan fuerte... y por él, hacemos lo impensable)