Toda historia tiene un principio...


... y esta aún no ha llegado a su final.

Pero para entender el Ahora, debes conocer el Ayer.

En esta crónica plagada de claves, de secretos, de metáforas, simbolismos y sueños, sólo quienes comiencen el viaje desde el mismo punto en que se inició lograrán comprenderlo.

Toda historia tiene un Principio. Comiénzalo.




jueves, 2 de julio de 2009

Soplan los vientos del cambio...



Fin de un ciclo, comienzo de otro. Tras tres años de dar tumbos en unos estudios que despreciaba, por fin se atisba mi libertad. Hoy, se ha dado el primer paso en mi nuevo camino hacia la Historia y, quien sabe, una nueva vida.

Me planteo muchas cosas: qué haré, qué no haré, a quienes conoceré... la Universidad me abre sus puertas de la mano del pasado, en la ciudad que late con su propia alma nocturna de piedras milenarias iluminadas por luces doradas. Mi propio ser se ha unido con esta antigua urbe, y vibro cada vez que piso sus vetustas calles.

Pero además, conoceré por fin esa ilusión largo tiempo negada: saborear la vida universitaria, y encima en uno de los campus más antiguos y boscosos de esta tierra. Y al disponer de acceso a sus instalaciones, se me ofrece también la oportunidad de nadar, practicar arquería o kung-fu y ejercitarme en cuerpo y mente, para seguir madurando.

Y quizás, sólo quizás, aparezca por fin mi compañero vital, aquél que me completará y complementará, mi persona especial.

Porque a veces, aún a pesar de esta felicidad actual, me tumbo en mi cama mirando al techo con sensación de vacío y tristeza, enfadada sin motivos, y sintiendo que algo me falta. Y los sueños que me asaltan no lo mejoran, porque aparte de caóticos y confusos, impiden mi descanso.

¿Se realizarán? ¿Habrá un compañero para mí?

Ocurra lo que ocurra, los vientos del cambio han comenzado a soplar.