Toda historia tiene un principio...


... y esta aún no ha llegado a su final.

Pero para entender el Ahora, debes conocer el Ayer.

En esta crónica plagada de claves, de secretos, de metáforas, simbolismos y sueños, sólo quienes comiencen el viaje desde el mismo punto en que se inició lograrán comprenderlo.

Toda historia tiene un Principio. Comiénzalo.




miércoles, 20 de noviembre de 2019

Siempre vuelvo



En la oscuridad, un destello granate.

El sonido de un tenue latido.

Y de nuevo otro destello.

La cámara de rojos velos despertaba en lentas palpitaciones, bum-bum, cada vez más rápidas, más fuertes.

Se creía ya muerta, pese a saber que no puede morir, que sólo se aletarga.

La figura vestida de negro entró en la cámara. su rostro mostraba concentración y un gran esfuerzo, gotas de sudor resbalando de su frente y sus músculos temblando. En sus brazos, el rostro gemelo.


Costaba reconocerla. Desnuda como siempre, estaba cubierta de brillantes quemaduras, frescos cortes y duras marcas. Dormida como en un trance de muerte, en brazos de la otra,  lágrimas silenciosas resbalaban aún en ese momento de sus párpados cerrados.

Escoltada por su nube de máscaras, la figura de oscuro se deslizó trabajosamente hacia el centro de la estancia, portando con delicadeza y ternura su pesada carga, y la depositó con infinito cuidado allí, en el nido de suaves velos escarlatas.


"Se suponía que nunca regresaríamos aquí" susurró una de sus máscaras con un zumbido. Su rostro congelado es una risa divertida en oro y marfil.

- No quedaba más remedio.- respondió ella mientras arropaba a su gemela.- Sólo aquí puede recuperarse. Jamás debí dejarla salir...-

"Esa elección no era tuya" comentó otro antifaz, una mueca irónica en púrpura y hielo frío.

- ¡Nunca lo es!- se lamentó.- Pero si me hubiera escuchado... mírala ahora. Mira como la han dejado. Sabe que eso le ocurre siempre. ¡Sabe que no soporta vivir en la luz!-

"La esperanza es algo tan difícil de matar..." suspiró una máscara azul y gris perla, cuya faz destilaba tristeza y decepción.

- No la necesita. ¡Me tiene a mí! Tener esperanza sólo la ha llevado a la decepción y a la desesperación. ¡Al dolor! Ella era ligera como una pluma... ¡y todas sois testigos de lo que me ha costado traerla aquí!-

"¿Menguan tus fuerzas? ¿O tanto pesa la amargura en un corazón silencioso?" cuestionó la escarlata y negra, con gesto iracundo y furia de azufre y fuego.

- Si al menos hablase... pero eso también es mi prerrogativa. Ella no, no puede. Se lo traga todo hasta que se desvanece exhausta. ¡Y ni siquiera puedo hacerla vomitar hasta el último sentimiento que disimula!- acaricia con cariño resignado el cabello de la figura herida.- Destrozada como un juguete roto y abandonado... y aún así... aún así...-

La contempla con exasperación y amor infinito. Ella, que nació para protegerla, nada puede hacer. Sus fuerzas siempre son escasas cuando entra en juego la bondad de su luz. Ella, colmillo de veneno, impávida asesina, desalmada sombra, quisiera reinar en la cámara. Porque si ella reina, nada importa salvo ellas dos, y su luz no sufre.

Por eso, velo a velo, va cubriendo la piel descarnada, rasgada y torturada, velo a velo la esconde y envuelve, la ata y aprisiona.

- Duerme, mi luz, duerme... sin despertar, sin salir.... shhhh, no salgas más al mundo... nada necesitas de él.- va susurándole, con la voz que usan para contarse confidencias los enamorados.- Déjame hacerme fuerte... déjame crecer... déjame gobernar...- la nube de máscaras danza en torno a ellas como un lento torbellino multicolor.- Nosotras nos encargaremos...-


"No hemos sido muy eficientes últimamente..." se lamenta una máscara verde y tierra, de faz serena y dulce. Está agrietada, como muchas de sus hermanas. "Aunque nos has usado, hemos recibido muchos golpes de su luz. Era casi imposible contenerla, ya no digamos protegerla."

- Lo sé. Yo estaba allí. Ante ella, apenas visible, traslúcido escudo de cristal. Fallamos. No volveremos a fallar. Ella no saldrá más de aquí, y nadie lo sabrá ni lo notará.- suspira, dejando sentir toda su decepción acumulada, vastos océanos de amarga certeza.- Eso es lo más triste. Que nadie lo sabrá. Nadie se percatará. Y si lo hacen, ni siquiera les importará.-


Poco a poco, retrocedió hasta las paredes granates, sin dejar de contemplar la prieta crisálida de velos que había construido en el centro de la estancia. Y con ella, sus máscaras.

- No despiertes, mi amor... no despiertes. Déjamelos a mí.-

Tras el susurro de siniestro tono y duro presagio, la figura vestida de negro se desvanece de la cámara de rojos velos, aposento sin entradas ni ventanas que continúa latiendo en un sueño enfermo...



Ojalá te salgas con la tuya, figura de oscuro... ojalá...

No hay comentarios: