Realmente ya no es mi noche. Pero el tiempo en este giro de Sol es como un torrente que me avasalla y me arrastra sin poder evitarlo, así que no siempre acabo en la orilla en la que pretendía salir.
Veintinueve giros de Sol. Debería alegrarme, y lo hago... pero no demasiado.
Nunca me ha molestado sumar años a la cuenta. Son mis medallas de vida, mis pruebas de madurez, de experiencia. Pero también son la cuenta de mis sueños perdidos, de mis sueños rotos. De cosas que proyecté de niña y no logré.
Tan sólo me quedaba un anhelo, y ya no podrá ser. Ya no hay tiempo suficiente. El mundo, la época, mi vida.... todo ha obstaculizado mi último deseo. Y no soy tan egoísta como para destrozar todo a mi alrededor por cumplirlo.
Triste sino.
Pero al menos sé que soy amada por lo míos, valorada, incluso respetada. Y para una lobo que no siempre gusta de ser solitaria, nada hay más valioso que eso: su manada.
En este giro solar, sé que Portos y Athos están conmigo y hasta que el destino nos separe seremos por siempre los Tres Mosqueteros. Y sé que soy más fuerte de lo que creía.
Por vosotros, por aquellos que me amáis, sonrío.
Por todos vosotros.
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