Toda historia tiene un principio...


... y esta aún no ha llegado a su final.

Pero para entender el Ahora, debes conocer el Ayer.

En esta crónica plagada de claves, de secretos, de metáforas, simbolismos y sueños, sólo quienes comiencen el viaje desde el mismo punto en que se inició lograrán comprenderlo.

Toda historia tiene un Principio. Comiénzalo.




miércoles, 29 de junio de 2011

Aprensión


Un nuevo epitafio... ¿cuánto hacía que no escribía uno? Verso a verso, el Alma Condenada ha descrito diversos sentimientos. Tratando de definirlos, de capturarlos en palabras que no alcanzan a contenerlos, a mostrarlos en plenitud.

Su Cementerio está sembrado de lápidas talladas con ellos. Ella sigue grabando cada nuevo sentimiento que la acomete, quiere definirlos todos.

Pero hoy, mientras talla, algo flota en la atmósfera, algo difícil, opresivo, agotador...

La sombra, los duendes, las hadas, los espíritus, los demonios, los ángeles de piedra, todos alzan la mirada a un firmamento detenido y a un horizonte evocador.

Hoy pueden verse los Acantilados desde la puerta, y traen con ellos una nebulosa promesa ambigua...






Una voz enmudecida,
un cuerpo convertido en piedra,
una mente retraída
y un alma alerta,
un instante de mil días,
horas que pasan muy lentas,
unos ojos que buscan
lo que a la espalda acecha,
agotamiento mental,
sueños que desvelan,
atmósfera tangible,
pesada, muy densa,
que te rodea por completo
y donde el viento no suena,
donde nada se mueve
ni relucen las estrellas,
cielos oscuros de nubes,
sol de luz siniestra,
el mar en calma
que amenaza tormenta
que aún no se desata,
premonición adversa.

Temer al futuro
por no saber lo que esconde
es lo que invoca su nombre:
asfixiante Aprensión.



(Mi inspiración se ve agotada por los muchos deberes que me aguardan, pero precisamente por todos ellos miro el futuro con aprensión... porque pese a lo que algunos digan, no depende sólo de mí, ni está enteramente en mis manos... que se desate la tempestad, pues tras ella la calma llega... o tal vez no...)



1 comentario:

Kimuko dijo...

Claro que llega la calma... En algún momento... Pero es normal que la inquietud no te abandone nunca de todo... Algunos somos ese tipo de seres...

Ánimo :*