- En mi Mundo, la noche es eterna, a veces llena de rutilantes estrellas, a veces completamente negra. En mi Mundo, siempre es estío, con cálidas brisas y vibrantes aromas. En mi Mundo, siempre resuena una música secreta, en ocasiones un rugido, en ocasiones un susurro. Éste es mi Mundo, de mármol blanco y negro, de estatuas, de suelos de hierba y musgo, de árboles sagrados, de perfumes y melodías, de secretos, de sueños. Tú yaces en él. Y por tí, resuena esta canción en mi voz.-
Y con estas palabras, el Alma Condenada arrulló dulcemente al pie del árbol de las esferas antes de comenzar una diáfana danza al son de su propia garganta.
Porque una vez, en Diciembre, le fueron dichas unas palabras. Y ella aún puede oírlas.
(No murió ni morirá, esas palabras aún son escuchadas y la voz no ha enmudecido, oigo aún... en Diciembre...)
2 comentarios:
Los recuerdos son buenos sólo cuando no hieren... guárdalo como algo dulce, que te ha llevado a ser quien eres... sin dolores, sin rencores :**
Morgana,de las cosas como esta guarda tan solo los buenos momentos.
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