Acércate.
Abre la puerta.
Adéntrate en la avenida de losas de piedra.
Camina.
Contempla los mausoleos, las lápidas, los nichos, los muros.
Escucha.
El viento susurra, la tela y la piel se rozan.
Siente.
Aquí estás.
Has llegado.
Estás en el cementerio de los sueños olvidados.
(Recupera aquí los sueños que dejaste atrás y cúmplelos antes de iniciar el gran viaje)
1 comentario:
Conjúrame todas las veces que quieras y allí estaré.
Hazme un sitio entre esos muros y deambularé entre ellos recogiendo los pedazos de los sueños que se quedaron en el camino. Cuando la borágine y el mundo se paren... y no me quede más que yo...
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