Toda historia tiene un principio...


... y esta aún no ha llegado a su final.

Pero para entender el Ahora, debes conocer el Ayer.

En esta crónica plagada de claves, de secretos, de metáforas, simbolismos y sueños, sólo quienes comiencen el viaje desde el mismo punto en que se inició lograrán comprenderlo.

Toda historia tiene un Principio. Comiénzalo.




lunes, 22 de junio de 2009

Indiferencia



El viento susurrante toma forma esta noche de negro terciopelo para vagar por las avenidas iluminadas por la luz trémula de las velas blancas, dispuestas por suelo, tumbas y mausoleos con caprichosa asimetría. Y por el camino se cruza con un ser extraño, que parece estar hecho de niebla, el espectro de algo que ya fue o nunca pudo ser. Es la sombra, el Trobador.

La figura borrosa viaja al corazón del Cementerio, donde el círculo de árboles sagrados rodea los cinco caminos, donde crece el Árbol de las esferas.

Pues allí, a sus pies, está ella, acurrucada, abrazada a sus rodillas y mirando con anhelo las ramas y sus fulgurantes frutos. Su rubí late como no había vuelto a hacerlo desde hace años, resplandeciente, íntegra joya.

Pero el rostro del Alma Condenada sólo muestra tristeza serena.

"No crece..." susurra.

La figura observa.

"La esfera tiene incluso un menor tamaño que las que le rodean. Sabes que eso refleja el corazón."

"Esperaba que mi Rubí pudiera capturar su fulgor y hacerla crecer."

"A veces plantamos nuestra semilla donde nunca germinará."

"Supongo que es mi castigo. Aquello que des, recibirás multiplicado."

"¿Qué es lo que has dado?"

El Alma Condenada contempla el epitafio.




Cada noche,
voy buscando tu mirar,
tu aliento o tu voz,
o tus cabellos,
esa traza, esa presencia,
que podría distinguir entre la multitud
aún si estuviera sorda y ciega,
ése que eres tú.
Para mí serías el centro de todo un mundo,
el aire de la respiración,
el Sol y la Luna,
sería la gema más resplandeciente
de la corona,
serías el alfa y el omega,
serías la imperfección perfecta,
serías Amor.

Pero no me ves, no soy nada,
apenas un fantasma,
menos que una cara entre tantas,
tan sólo un borrón de la multitud.
No soy nada a tus ojos,
que se clavan en otros,
y yo he de conformarme
con ver tu espalda,
respirar tu perfume,
oir tu risa
y en ocasiones, muy contadas,
contar con tu atención.

No me engañaré a mí misma,
renegaré de esta lucha perdida,
es mejor rendirme ahora
que conservo mi Amor intacto
y esperar a mi compañero vital
para entregarle mi alma.
Pues la di a mi amor perdido,
y ahora tú me la devuelves.

Porque podría soportar tu odio,
tu desdén o tu desprecio,
pero la espina que más se clava,
la que más duele y desgarra,
es la Indiferencia.


(Tú miras las máscaras de otras mientras yo, detrás tuya, traslúcida como un ánima, aguardo que notes mi presencia... si nunca lo haces, ¿por qué seguir luchando por tí?)

martes, 9 de junio de 2009

Sueños


Una vez, tuve un sueño. Lo recuerdo perfectamente porque fue mi primer sueño hermoso, que yo conserve en mi memoria. De niña no solía recordar mis sueños, y si lo hacía eran pesadillas.

Investigué sobre ello para hallar una respuesta a lo que yo consideraba una carencia de sueños, ya fuesen hermosos o terribles, y descubrí que cada noche sin excepción soñamos, aunque no siempre podamos recordarlo. ¿Acaso la niña que era no deseaba recordar?

Con el tiempo, dejé de recordar sólo mis pesadillas. Y al final, dejé de tenerlas.

Ahora,puedo decir con seguridad que no se trataba de que quisiera o no recordar. Era que mi mente deseaba ofrecerme un descanso. Un descanso que era incapaz de obtener durante la consciencia.

Pues ahora sueño cada noche, y esos sueños tan vívidos me agotan y me absorven. Sueño, y me adentro en otro mundo que a veces resulta más real que el propio nuestro. Sueño, y a veces al elevarme de entre las brumas de la inconsciencia vuelvo a caer en ella, como si tuviera un peso en mi cabeza que impidiese que la levantara. Vuelvo a soñar, y cuando finalmente logro despertarme, siento cansancio, agotamiento y fragilidad, como si no hubiera reposado.

¿Por qué me arrastran así los sueños? ¿Cómo si un ser intangible aletease a mi alrededor, y me envolviera en las finas y múltiples capas de su ropa, enturbiando mi cerebro y sumiéndolo en la vigilia?

Pues sueño, y no lo puedo evitar. Pero la falta de descanso a veces es muy pesada, y anhelo despertarme un día con la mente despejada como un cielo azul de verano.

Esta noche también esperaré vuestró hálito, sueños.


(El estrés y la apatía no hacen buenas migas con la inspiración...)