"No te ahogues, Alma... no te ahogues..."
Fina lluvia cristalina, húmeda y afilada como miles de agujas cayendo desde la Nada, cielo de ausencias gris plata. Todo el Cementerio recibe sobre sí la caricia del agua, fría, penetrante. Los árboles se empapan.
Y todos sus habitantes, juntos en el Árbol de las Esferas, hacen de vigías a la figura empapada envuelta en ropas negras y ovillada junto al epitafio. Sus cabellos chorrean, su piel se enfría y humedece.
En un coro de armonías, sus esencias la conminan.
"No te ahogues, Alma mía... no te ahogues..."
Dolor sordo, calmado,
casi domesticado,
los ángeles no lloran
y acumulan en su torso
una opresion, un murmullo
de amarga decepción.
El llanto sería la solución.
Ahoga, encierra, enclaustra,
la mejor prisión
es uno mismo y sus esperanzas,
rotas o incompletas
o selladas.
Segunda piel, fría y húmeda,
se ciñe al cuerpo,
se fusiona con el alma,
se apodera de todo
dejando una estela helada,
dejando Nada.
Me cuesta respirar
bajo esta pesada carga
que habita en mi pecho
y se desvela en mi mirada,
mi mente inundada
clamando por piedad
que cese el daño,
y no logro llorar.
Extraviada, aislada, esquiva,
ausente, vacía, perdida,
sólo queda mi orgullo
para esconder mi Tristeza.
(Ojalá pudiera culpar a alguien de mi estado, pero la culpa es únicamente mía... no aprendí a ser egoísta sin sentir remordimientos, y ahora es muy tarde para empezar a serlo...)
casi domesticado,
los ángeles no lloran
y acumulan en su torso
una opresion, un murmullo
de amarga decepción.
El llanto sería la solución.
Ahoga, encierra, enclaustra,
la mejor prisión
es uno mismo y sus esperanzas,
rotas o incompletas
o selladas.
Segunda piel, fría y húmeda,
se ciñe al cuerpo,
se fusiona con el alma,
se apodera de todo
dejando una estela helada,
dejando Nada.
Me cuesta respirar
bajo esta pesada carga
que habita en mi pecho
y se desvela en mi mirada,
mi mente inundada
clamando por piedad
que cese el daño,
y no logro llorar.
Extraviada, aislada, esquiva,
ausente, vacía, perdida,
sólo queda mi orgullo
para esconder mi Tristeza.
(Ojalá pudiera culpar a alguien de mi estado, pero la culpa es únicamente mía... no aprendí a ser egoísta sin sentir remordimientos, y ahora es muy tarde para empezar a serlo...)