Toda historia tiene un principio...


... y esta aún no ha llegado a su final.

Pero para entender el Ahora, debes conocer el Ayer.

En esta crónica plagada de claves, de secretos, de metáforas, simbolismos y sueños, sólo quienes comiencen el viaje desde el mismo punto en que se inició lograrán comprenderlo.

Toda historia tiene un Principio. Comiénzalo.




domingo, 29 de abril de 2012

Desazón



Noches de lluvia y ventisca, retumbar lejano de truenos. En el Cementerio no llueve si el Alma no lo quiere, pero los sonidos del frío clima traspasan sus muros e insinúan sensaciones y palabras no dichas.

Ella regresa, cubierta con ropajes negros y grueso abrigo gris de amplia capucha. Camina con paso lento, pensativo, acariciando de forma ausente las lápidas al pasar. La Sombra, el Trobador, encarnado en niebla, la sigue intrigado, revoloteando en torno a ella y aguardando.

El Alma Condenada se detuvo por fin ante una lápida en blanco y, con un supiro, comenzó a tallar. Él vio las palabras surgir poco a poco, grabadas en piedra, mientras el sentimiento capturado se instilaba en cada frase.

- No hará falta que vaya a observar al Árbol de las Esferas para saber que uno de los frutos ha retornado a su tamaño original.-susurró audiblemente, posando su mano fantasmal en el hombro del Alma Condenada.

Y con otro suspiro triste, ella contestó.

- No era el momento. Quizás en otro tiempo, en otras circunstancias... el fruto hubiera seguido creciendo. Pero no ahora.- sus dedos se deslizaron, letra a letra.- Él tiene demasiado en qué pensar, demasiado de qué preocuparse. Es mejor así.-

La Sombra asintió.

- Pero tú estás triste.-

- Pero no lloro.-

En la lápida un nuevo sentimiento que a veces quema nuestra piel...





Cielo gris como la arena
donde voy dejando huellas
entre troncos retorcidos
resecos por el tiempo
y el aire frío.

La meta, el término, el final
no siempre es el anhelado ideal,
tras duro camino
sólo encuentras
un desierto vacío.

Espejismos de la mente,
tus propias ilusiones,
deseos y esperanzas
no se cumplen
y tu labor se queda en nada.

Páramo estéril,
y tan sólo la sabiduría
de que no podía ser
es un premio amargo,
una recompensa cruel.

No es tristeza ni rabia,
ni enfado ni orgullo herido,
 ni dolor ni lamentación,
y a la vez de todas un poco
se compone la desazón.



(No puedo culpar a nadie esta vez si no a mí misma... sabía que muy difícilmente lo lograría... muchas cosas debían volver al cauce de la normalidad primero... pero fui débil, y ahora sólo puedo lidiar con este sentimiento...)



miércoles, 25 de abril de 2012

Mi noche del año (por cuarta vez)




Un nuevo giro solar que añadir a la cuenta. Y ha transcurrido en un completo silencio.

No es exacto decir que me hayan olvidado, pues muchos seres me desearon una feliz noche natal.

Luna de plata, cielo de azabache. Mis joyas preferidas serán siempre mi manto, mi velo y mi sudario. Crezco, y conmigo mi Rubí, mis cicatrices, mis emociones. Leyendas que aguardan a suceder espían mi Mundo en sueños, desvaneciéndose con ese amanecer siempre cruel. Cien lápidas grabadas son hasta ahora mi legado.

Como escribí hace un año, tal vez no hayan sido mis mejores días. Tal vez las heridas nunca puedan cerrarse si otros siguen empeñados en abrirlas con cuchillas de palabras.

Seguiré siendo ying y yang, entre mi sol y mi luna, entre la llama y el oceáno, entre el si y el no, entre el blanco y el negro. Ni buena ni mala, tan sólo... yo.

Ámame. O recházame.

Pero no finjas. Nunca finjas. Sientas lo que sientas, que sea por quien soy realmente.

Tiempo que eres testigo de mi espera, de mis veinticuatro giros solares y de mi devenir, sigue siéndolo y concédeme un poco más de tí. Hasta que encuentre, o sea encontrada.

Feliz noche del año, Alma Condenada.


(Abrazarme a mis lobos y no sentir nada más... olvidarme del mundo y alcanzar mi felicidad... puedo hacerlo, puedo seguir intentándolo un año más...)