Toda historia tiene un principio...


... y esta aún no ha llegado a su final.

Pero para entender el Ahora, debes conocer el Ayer.

En esta crónica plagada de claves, de secretos, de metáforas, simbolismos y sueños, sólo quienes comiencen el viaje desde el mismo punto en que se inició lograrán comprenderlo.

Toda historia tiene un Principio. Comiénzalo.




lunes, 29 de agosto de 2011

Portales


¿Qué son los umbrales? Las venas secretas del mundo. Todo tiene su acceso, su puerta de entrada: ciudades, hogares, cementerios, mausoleos, corazones... hasta el Rubí del Alma Condenada. Pues de nada sirve algo que nunca puede abrirse, o donde nadie puede pasar: el vacío no es existencia, si no su antítesis. E incluso el propio vacío tiene su aterradora entrada: ese enorme, oscuro remolino del Abismo.

A través de estas puertas es que avanzamos, que descubrimos, que aprendemos. Algunas se cierran cuando las atravesamos, otras desaparecen, las que menos siempre perduran, nacidas de un material tan eterno que a su lado el acero se derrumbaría como el polvo.

Los portales son por tanto un sendero y un sinónimo de cambio.

Del futuro siempre sorprendente.





Tras de mí una se cierra, ante mí se abren miles de ellas, y sólo tengo la certeza de saber que detrás de cada una me esperan otras muchas.

Es un círculo eterno, un juego de la vida que exige no deternerse nunca y seguir traspasándolas... el pasaje a veces puede ser sombrío, y otras veces un cálido bosque de verano.

Pero es mi pasaje, son mis portales, y si yo no los cruzo, no lo hará nadie.

Cambios, cambios, tan inevitables como el futuro.

Atravieso el umbral, una vez más.



(El final del estío siempre es proclive a estas reflexiones acerca del comienzo de una nueva etapa... ni Yo, alma Condenada, puedo sustraerme al flujo del tiempo y de lo que acarrea su devenir... es época de cambios...)