Toda historia tiene un principio...


... y esta aún no ha llegado a su final.

Pero para entender el Ahora, debes conocer el Ayer.

En esta crónica plagada de claves, de secretos, de metáforas, simbolismos y sueños, sólo quienes comiencen el viaje desde el mismo punto en que se inició lograrán comprenderlo.

Toda historia tiene un Principio. Comiénzalo.




miércoles, 29 de septiembre de 2010

Ilusión


Don de los soñadores, y una de las cadenas de tu Condena. Pero no quieres perderla.

¿Quién si no ella, Alma Condenada, te ha permitido seguir adelante? ¿Quién si no ella hizo a tu cuerpo dolorido volverse a levantar una vez más? ¿Quién si no ella te hace seguir luchando, esperando, soñando?

Son criaturas como tú, que vagas por tu Cementerio y a veces sueñas con ser lobo, las que alumbran su camino con algo más que fuego y determinación. Pero es tan frágil que permanente corre el riesgo de romperse, como tu Rubí, como tú. Y cuando lo hace debes volver a unir las piezas del rompecabezas, que a veces cortan tus palmas y se tiñen con tu sangre, y otras veces enfrían tu piel con el aliento del invierno.

Y aún así, la recuperas.

Tú, Alma Condenada, capaz de aplaudir ante la magia, de temblar como un niño ante el más mínimo roce de la persona amada, de creer, de imaginar, de crear.

Criatura de la noche, habitante de un Cementerio... Guardiana de tus secretos.

Tallando nuevas lápidas sobre viejos sentimientos.







Mil colores
de agua, de fuego,
de bosques y gemas,
del cosmos,
de los sueños,
con ellos se adorna
lo que brota por dentro
cuando me miras,
me escuchas,
cuando tu sonrisa
me es reservada,
cuando veo tus dedos
hacer danzar a la magia,
cuando surge la Luna
y mi cuerpo se sacude
con los vientos de la expectación,
Es aquello que grita
con la voz del primer aliento,
que se oye en la canción
de los mares y océanos,
que baila en los salones
llenos de misterios,
en las imágenes oníricas
y detrás del espejo.
¿Soy yo mi propio reflejo?
Detrás del cristal
atisbo los mundos
que recorro en sueños
de tu mano,
de tu enigma,
de tu secreto.
Es creencia,
es deseo
y es lo que nos llena
cuando el amor comienza.


Tantas cosas, tantos momentos
reciben tu nombre, Ilusión.




(Desde que nacemos, es nuestra mejor compañera. Por desgracia, muchos la pierden al hacerse adultos, tal vez por comodidad, por olvido, o porque así la existencia es más llevadera. Si no te ilusionas, no te desilusionas. Pero ese sentimiento que me inunda por el mero hecho de presenciar pequeñas maravillas, o momentos especiales, no lo cambiaría por nada. Es algo tan hermoso e inocente... y es algo que espero no perder jamás...)


jueves, 23 de septiembre de 2010

¿Por qué yo no?



Melancolía. No habría otra palabra para describir la noche que se adueñaba del Cementerio. Era difícil definirla, precisarla, pero flotaba como una bruma por toda la atmósfera. Algunas velas aquí y allá, tímidamente encendidas por los duendes y demonios, ofrecían algo de luz a las sombrías tumbas.


La Sombra, el Trobador, suspiró apesumbrado. Sabía lo que iba a contemplar en la arboleda y no le gustaba. Pesarosos, los ángeles de piedra le enviaron miradas de ánimo. Ellos tampoco eran felices con aquello.

Avanzó por la avenida, oyendo el susurro de la hierba mecida por una imperceptible brisa. De algún lugar lejano, tal vez una caja de música olvidada en el más recóndito de los mausoleos, llegaba una melodía con sabor de otros ayeres, que hablaba al alma de tiempos de luz perdidos que no volverían.

Allí estaba Ella. ¿Dónde si no? Su sencillo conjunto blanco la hacía verse vulnerable, arropada por la negra cascada sedosa que era su cabello suelto. Encogida, abrazando sus rodillas, sumergía sus ojos en las imágenes que le mostraba una gran esfera situada en el centro de la arboleda. Levitaba a poca distancia del suelo y titilaba en ondas que sonaban como el agua fluyente.

La Sombra notaba partirse su corazón.

"Parecen felices..." susurró, mirando la imagen que brotaba en ese momento.

Un suspiro estremecido, como una pluma posándose, fue la respuesta.

"Necesito saberlo..." murmuró al Trobador. "¿Por qué yo no? ¿Cuál es la diferencia? ¿Qué hago mal?"

La Sombra se maldijo a sí mismo con el más horroroso de los destinos. Ojalá pudiera abrazarla... él, quien mejor conocía su alma, él, que la velaba en sus sueños... él, el reflejo de un muerto. El reflejo nacido de Ella y de su recuerdo. La Sombra del Trobador... condenado a verla sufrir sin poder hacer nada, por no ser más que una Esencia. Maldijo entonces a los humanos.

¿Por qué ella no? Era una pregunta que él también se hacía. No era perfecta, pero ninguna criatura lo era... valerosa, leal, entregada, sincera, tan dulce a su manera... poseía dones maravillosos, y muchos afirmaban que era hermosa. ¿Entonces, por qué? ¿Por qué no la amaban? Necios humanos, incapaces de apreciar un tesoro como aquel...

Ella, que tanto creía en el Amor...

Y frente a las imágenes de cientos, miles de parejas, el Alma Condenada, absorta y vulnerable, seguía susurrando aquel enigma sin respuesta.

¿Por qué ellos sí... y yo no?




Ironía

Todos habiendo tenido
novio, pareja o amado,
habiendo abrazado, besado
y en sus pasiones ardido.

Todos habiendo sentido
ese tesoro cruzado
de fuego y agua preñado
y en su fulgor renacido.

Triste es, que su color,
su belleza, su sabor,
para ellos es algo que viene.

Triste ironía, es dolor
que quien más cree en el amor
es quien menos razones tiene.




El Trobador terminó de recitar los antiguos versos mientras se situaba junto a Ella.

"Los tallaste hace tiempo, en un arrebato de furia al ver que el amor que te era negado, las que estaban a tu alrededor parecían derrocharlo, incapaces de apreciar su valor. Las veías ir y venir de una pareja a otra, hablar de ellas como si de una propiedad fugaz se tratase... y ya entonces, te lo cuestionabas".

La figura de blanco asintió, todavía semi ausente.

"Aún entonces no lo entendía. ¿Por qué yo no?"



(Sigo sin respuesta a esa pregunta, y probablemente nunca la reciba... no elegimos de quien enamorarnos, porque si se pudiera, muchos no seguiríamos aguardando por una persona amada que correspondiera a nuestros sentimientos... y cada día me cruzo con personas que parecen unas superficiales cabezahuecas y sin embargo disfrutan de tener a alguien a su lado... es mucha la rabia... y es mucha la pena... y el anhelo...)